El diablo... no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. Y a mí (Jesús), porque digo la verdad, no me creéis.Juan 8:44-45
En contraste con la
verdad de Dios que es una y que habla a todos el mismo lenguaje divino, ¿hemos
notado cuán contradictorios son los argumentos del diablo, diferentes según las
disposiciones de quienes los escuchan?

–A los jóvenes,
Satanás les sugiere: «Eres demasiado joven para ocuparte de esas cosas», pero a
las personas mayores les dice: «Eres demasiado viejo para cambiar de
convicciones».
–Hace que algunos
digan: ¿Después de la muerte?, ¡ya veremos!», mientras otros afirmarán: «¡Después
de la muerte no hay nada!».
–El diablo,
refiriéndose a los creyentes, dice: «¡Fíjate en esas personas, qué austeras
son!». O inversamente: «Ya ves que no son mejores que tú».
–A algunos les dice
al oído: «Es demasiado fácil pretender que es suficiente con creer», mientras
que a otros dirá: «Ellos tienen suerte de tener fe; pero usted no la tiene».
–A muchos convence de
que basta con ser sincero, sea cuál sea su creencia, mientras que a otros
asusta tratando de persuadirlos de que no tienen la verdadera fe.
“El justo aborrece la
palabra de mentira” (Proverbios 13:5).
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